Cuida tu visibilidad
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Cuida tu visibilidad

Cuida tu visibilidad Manejar con las ventanas sucias a menudo termina en un accidente grave.

Manejar con las ventanas sucias a menudo termina en un accidente grave.

En invierno, a menudo viajamos en condiciones muy difíciles, con niebla densa o lluvias torrenciales. Muchos conductores se quejan de la mala visibilidad. Los limpiaparabrisas ineficientes suelen ser los culpables. Cuida tu visibilidad

El mal tiempo, los cambios bruscos de temperatura y el funcionamiento normal provocan un rápido desgaste de la goma. Los limpiaparabrisas ásperos e inoperativos esparcen el polvo acumulado y otros desechos en el parabrisas. Como resultado, en lugar de mejorar la visibilidad, dificultan la conducción para el conductor.

La calidad de la limpieza depende de la interacción de dos componentes: el brazo y la escobilla. La falla de uno de ellos causa muchos inconvenientes y, en casos extremos, incluso conduce a accidentes graves. Los síntomas más comunes de la falla del limpiaparabrisas son manchas o áreas sin lavar en el parabrisas, así como sacudidas con el ruido que las acompaña.

Si observamos alguno de estos síntomas, esta es una señal irrevocable de que es hora de reemplazar los limpiaparabrisas por otros nuevos. Su elección en el mercado es muy grande. Podemos comprar los más baratos por unos 10 PLN, mientras que los de marca cuestan al menos 30 PLN. También puede comprar solo bandas elásticas para la alfombra: cuestan alrededor de 5 zł, e incluso un no especialista puede manejar el reemplazo.

Para que los nuevos limpiaparabrisas nos sirvan el mayor tiempo posible, vale la pena recordar algunas reglas. En primer lugar, los limpiaparabrisas no se utilizan para descongelar las ventanas: frotar goma contra el vidrio congelado es una avería inmediata de los cepillos, que ya no proporcionarán una visibilidad adecuada. Además, no arranque el limpiaparabrisas que se ha congelado en el parabrisas; es mejor instalar aire caliente en el parabrisas y esperar un poco hasta que el hielo se derrita. Cuando se conduce con bajas temperaturas y con nieve, conviene detenerse de vez en cuando y limpiar las plumas, que con cada kilómetro se hacen más pesadas y limpian peor el parabrisas debido a la rápida acumulación de suciedad y nieve en ellas.

Si el reemplazo de los cepillos no ayudó, y hay manchas en el parabrisas o los limpiaparabrisas se mueven, es mejor observar más de cerca el líquido de lavado en el depósito del lavaparabrisas. Los líquidos más baratos del mercado (generalmente en los hipermercados) a menudo hacen que conducir sea un verdadero dolor de cabeza en lugar de facilitar la limpieza de las ventanas. La única forma de garantizar una buena visibilidad es reemplazar el fluido por uno nuevo y de mejor calidad. Ahorrar unos pocos zlotys en este caso no compensa en absoluto, porque está en juego nuestra seguridad y la de los demás usuarios de la vía.

invento revolucionario

La historia de las alfombras se remonta a 1908, cuando el barón Heinrich von Preussen fue el primero en Europa en patentar el "aceite para frotar". La idea era buena, pero, desafortunadamente, no muy práctica: la línea se torció manualmente con una palanca especial. El conductor tenía que operar con una mano, o quizás "contratar" a un pasajero para operar el limpiaparabrisas.

Un poco más tarde, se inventó un mecanismo neumático en los EE. UU., pero también tenía inconvenientes. Los limpiaparabrisas funcionaban bien al ralentí, preferiblemente cuando el coche estaba parado, y mal cuando se conducía rápido.

Solo el invento de Bosch demostró ser un gran avance. Su accionamiento de limpiaparabrisas consistía en un motor eléctrico que, a través de un tren de engranajes y tornillos sin fin, ponía en movimiento una palanca cubierta de goma.

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