RevisiĆ³n del Dodge Challenger SRT Hellcat 2015
Prueba de manejo

RevisiĆ³n del Dodge Challenger SRT Hellcat 2015

Los duques de Hazzard nunca habrĆ­an sido atrapados si tuvieran uno de ellos.

Conoce el Dodge Challenger SRT Hellcat, un muscle car de dos puertas con el estilo del icĆ³nico Charger de la dĆ©cada de 1970 que se convirtiĆ³ en una estrella de la pantalla chica gracias a dos corredores que tenĆ­an la costumbre de lanzar su auto al aire durante innumerables escapes.

El tƩrmino "Hellcat" puede parecer redundante, o que los gerentes de marketing se dejaron llevar un poco.

Es tan genial como un auto

Pero para ser honesto, no es lo suficientemente loco como para describir lo que hay debajo del capĆ³ de este monstruo, que hasta ahora solo llega a Australia a travĆ©s de importadores y procesadores privados.

Incluso si no eres un fanĆ”tico de las revoluciones, debes comprender la potencia fenomenal que Dodge ha logrado extraer de este vehĆ­culo, aunque solo sea por el hecho de que puede ser Ćŗtil en una noche de trivia de pub.

Tiene 707 caballos de fuerza en dinero antiguo, o 527 kW en tĆ©rminos modernos, y una increĆ­ble torsiĆ³n de 881 lb-pie de su motor V6.2 de 8 litros sobrealimentado, el primer Chemie sobrealimentado en la historia de la compaƱƭa.

Hable acerca de hacer una entrada. Eso es mƔs potencia que un Supercar V8 en la parrilla de Bathurst. Sin embargo, este coche tiene matrƭculas.

Dodge tambiĆ©n supera al Ford Mustang Shelby GT500 (662 hp o 493 kW), el anterior campeĆ³n estadounidense de muscle car.

Y, por mucho que me duela informarlo, Hellcat le estƔ dando al auto mƔs rƔpido y poderoso de Australia de todos los tiempos, el HSV GTS (576 hp).

SĆ­, es tan genial como puede ser un automĆ³vil. Retumba cuando arrancas el motor si pones la llave correcta.

El sonido del motor y el escape es fascinante.

El Dodge Challenger SRT Hellcat es tan poderoso que tiene dos claves: una "limita" la potencia a 500 hp.

AdemĆ”s, la pantalla central tiene modos de conducciĆ³n personalizados que te permiten personalizar la lĆ­nea roja (o los puntos de cambio) para cada una de las seis marchas manuales, la respuesta del acelerador y la suavidad de la suspensiĆ³n.

Conducir

DetrƔs del volante, se siente surrealista al ver el diseƱo moderno y el diseƱo del tablero, a pesar de que el exterior es un paso atrƔs en el tiempo.

En consecuencia, la experiencia de conducciĆ³n es una mezcla de lo nuevo y lo antiguo. Se siente como si alguien hubiera hecho un gran trabajo poniendo cambios y frenos modernos (los mĆ”s grandes jamĆ”s vistos en un producto Dodge o Chrysler) en un viejo cargador de la dĆ©cada de 1970.

Pero primero tienes que ajustar tus sentidos al poder. Es casi imposible obtener una escapada limpia si despliegas el mĆ”s mĆ­nimo indicio de urgencia, al menos hasta que los neumĆ”ticos sĆŗper pegajosos de Pirelli se calienten.

El Hellcat parece rozar la parte superior del pavimento de concreto durante nuestra prueba de manejo en Los Ɓngeles, en lugar de conectarse con Ʃl.

La transmisiĆ³n manual de seis velocidades tiene una acciĆ³n pesada, al igual que el embrague. Pero al menos la brecha entre los turnos te da un momento para ordenar tus pensamientos y brindar un destello de calma en lo que se describe con mayor precisiĆ³n como caos en lugar de aceleraciĆ³n.

El Dodge Hellcat es casi demasiado rĆ”pido para que lo comprendan tus sentidos, una vez que hayas encontrado agarre en las llantas y el sistema de tracciĆ³n limite cualquier deslizamiento.

El agarre en las curvas es sorprendentemente impresionante. Es justo decir que los Dodges (y los muscle cars estadounidenses en general) no son conocidos por su excelente manejo, pero los ingenieros que lograron domar al Hellcat y hacerlo frenar, enganchar y girar con cierta precisiĆ³n merecen una medalla.

La suspensiĆ³n es demasiado dura en modo Ā«carreraĀ» pero en el reglaje normal es mĆ”s que habitable.

Dodge ha inventado una mƔquina del tiempo

El sonido del motor y el escape es impresionante (piensa en un superdeportivo V8 pero con decibelios legales en la carretera) y te obliga a frenar solo para poder volver al lĆ­mite de velocidad con toda la contaminaciĆ³n acĆŗstica que puedas reunir.

ĀæNo me gusta? Es difĆ­cil ver desde la maldita cosa. Pero, sinceramente, no mirarĆ”s mucho por el espejo retrovisor en uno de estos. O estacionarlo muy a menudo. El paseo es demasiado divertido.

La experiencia de conducciĆ³n general es agrĆ­cola segĆŗn los estĆ”ndares automotrices europeos. Pero sospecho que eso es exactamente lo que quieren los compradores de muscle cars en los Estados Unidos. AdemĆ”s, ĀæquĆ© mĆ”s esperas por $60,000 (montones de dinero en los EE. UU., pero una ganga en Australia considerando que el HSV GTS cuesta $95,000).

Sin embargo, la mayor tragedia es que actualmente no hay planes para fabricar uno de estos vehƭculos con volante a la derecha en la puerta de fƔbrica.

Nota para Dodge: Ford y Holden han estado fuera del mercado de sedanes V8 de alto rendimiento durante algunos aƱos, y creo que uno de ellos se alinearĆ” con los compradores. Los compradores de autos deportivos australianos no sabĆ­an quĆ© los golpeĆ³.

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