coche en el frio
Operación de la máquina

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coche en el frio En la temporada de invierno, se debe prestar mucha atención a los sellos y cerraduras de las puertas. Solo una lubricación sistemática nos permitirá abrir la puerta sin problemas.

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Las cerraduras deben lubricarse con grasa especial, que se puede comprar en cualquier concesionario de automóviles. Usar, por ejemplo, WD-40 o un agente similar no tiene sentido, ya que esta medida no protegerá las cerraduras.

La cerradura de la puerta del automóvil no es solo un inserto en la manija en la que se inserta la llave, sino también un mecanismo separado dentro de la puerta. Ambas partes deben estar lubricadas. El inserto de la cerradura es particularmente susceptible a la congelación ya que está directamente expuesto a los elementos. Después de la lluvia y las heladas nocturnas, puede congelarse, especialmente si ya se ha usado y está parcialmente dañado (por ejemplo, no hay un pestillo que cierre la cerradura después de quitar la llave).

Además, la cerradura de la puerta puede congelarse y, a pesar de girar el cilindro con la llave o desbloquear el pestillo con el mando a distancia, no será posible abrir la cerradura.

En automóviles que tienen varios años, la lubricación por sí sola puede no ser suficiente, porque una cerradura muy sucia aún puede congelarse. Luego hay que desmontar la puerta, quitar y limpiar la cerradura, y luego lubricarla. Tal operación es efectiva en la mayoría de los casos y debería salvarnos de congelar las cerraduras.

También debe recordar lubricar la cerradura del maletero y, debido a la fuerte contaminación de la parte trasera del automóvil, esta operación debe realizarse con mucha más frecuencia que con las puertas. Además, no debemos olvidarnos del bloqueo del cuello de llenado, porque al repostar podemos llevarnos una desagradable decepción. Los propietarios de Ford tienen otra cerradura con la que trabajar: abrir la cubierta del motor.

No es lo mismo abrir una cerradura que abrir una puerta, ya que puede haber sellos de puerta congelados en el camino. Para evitar tal sorpresa, debe lubricarlos con frecuencia, por ejemplo, con silicona. No existe una regla estricta sobre la frecuencia con la que se debe repetir esta acción. Esto depende de las condiciones climáticas y debe hacerse con mayor frecuencia si la temperatura cambia de positiva a negativa. Además, después de cada lavado, seque bien la caja y lubrique los sellos y cerraduras.

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