Prueba de manejo

RevisiĆ³n de Ferrari F12 Berlinetta 2016

Aterradoramente rƔpido y fabulosamente indulgente, este Grand Tourer puede permanecer a 200 km/h todo el dƭa.

Hay tiburones y hay grandes blancos. Instintivamente huimos de todos ellos, pero los grandes blancos nos hipnotizan con su tamaƱo, potencia y velocidad.

El mismo escenario a bordo del Ferrari F12 Berlinetta. Hay autos (ligeramente) mĆ”s rĆ”pidos, pero ninguno de ellos puede llamar la atenciĆ³n sobre este gran turismo de dos puertas.

Los entendidos reconocerĆ”n el capĆ³ largo y ancho como el asiento de un V12 de carreras que acelera el F12 a 200 km/h en 8.5 segundos y puede permanecer a esa velocidad durante horas si la conducciĆ³n en autopista lo requiere.

Esto no es un mako en Ferrari Park; ese papel le corresponde al 488 con su motor V8 montado en el medio que lo lanza hacia y a travƩs de las esquinas con un toque de mƔs compostura. El F12 tiene un desafƭo mayor: ser increƭblemente rƔpido para colocar maletas para una salida de fin de semana.

diseƱo

Berlinetta significa "pequeƱa limusina" en italiano, y ese es su papel en el establo de Ferrari. Las curvas y los contornos se prueban en un tĆŗnel de viento para hacer su parte y mantener el automĆ³vil en la carretera.

La apariencia, segĆŗn los estĆ”ndares de los superdeportivos, es excelente.

Abra las enormes puertas y podrĆ” deslizarse en los asientos de cuero bajos en lugar de caer sobre ellos. No siempre se puede decir lo mismo de los asientos de los superdeportivos.

El volante es una obra de arte, incluso si las inserciones de fibra de carbono y los indicadores LED de cambio cuestan $9200. Los botones y las palancas se reducen al mƭnimo: ni siquiera hay una palanca automƔtica estƔndar de doble embrague y siete velocidades.

Seleccione la primera marcha tocando la palanca derecha. PresiĆ³nelo nuevamente y F12 asume que desea controlar el cambio; de lo contrario, hay un botĆ³n en el puente que conecta la consola central y el cambio automĆ”tico, asĆ­ como un interruptor para reversa y uno ominosamente marcado como "inicio".

La apariencia, segĆŗn los estĆ”ndares de los superdeportivos, es excelente. Los pasos de rueda elevados en el capĆ³ dan una idea de dĆ³nde termina el morro, y se puede ver mĆ”s a travĆ©s de la ventana trasera que solo la parrilla trasera del automĆ³vil.

Sobre la ciudad

Perder el tiempo en el trĆ”fico no es lo mĆ”s destacado de tener un F12, pero el hecho es que se puede hacer cĆ³modamente sin forzar a los pasajeros ni al automĆ³vil.

A bajas revoluciones, el V12 es suave y sin tartamudeos, ya que la transmisiĆ³n automĆ”tica cambia a una velocidad obscena para mantener el motor en marcha sin activarlo. La altura de manejo es suficiente para evitar que te estremezcas cada vez que el Ferrari pasa por el techo corredizo (aunque aĆŗn prestas mucha atenciĆ³n a las entradas... y usas el botĆ³n de elevaciĆ³n).

Los espejos laterales brindan una vista respetable de los carriles adyacentes, y el volante no es tan afilado como para terminar accidentalmente en ellos.

Los frenos son tan feroces como el motor, y deberĆ­an serlo.

Las puertas que se abren de par en par son el mayor obstƔculo para la vida en la ciudad, y se debe tener cuidado al entrar o salir de un estacionamiento lleno de gente. Ignore el otro vehƭculo: no quiere que se peguen las puertas del F12 con pedacitos de pintura.

Sin embargo, espere huellas dactilares: los F12 se fotografiarƔn en movimiento y estacionarios, y las marcas de manchas indican que las manos tocan con frecuencia las ventanas en busca de tomas interiores.

En camino a

Solo se necesitan 3.1 segundos para cuestionar la sensatez de conducir regularmente un F12 en las carreteras australianas: este automĆ³vil de pura sangre se ve muy favorecido por nuestros lĆ­mites de velocidad.

Un motor de aspiraciĆ³n natural se desempeƱa mejor de forma natural a altas velocidades, y con tanto empuje no se puede usar legalmente todo su potencial, ni siquiera en segunda marcha.

Voraz a 4000 rpm, el F12 es simplemente insaciable, acercĆ”ndose a la lĆ­nea roja de 8700 rpm. La sensaciĆ³n de volar a tales altitudes es adictiva, es como tener el acelerador conectado a las glĆ”ndulas suprarrenales, y solo tengo el selector de conducciĆ³n del volante en modo Sport, lo que me deja dos niveles mĆ”s de locura disponibles. Los frenos son tan feroces como el motor, y deberĆ­an serlo, considerando que el F12 alcanza un mĆ”ximo de 340 km/h.

Sonido de escape bajo carga: una razĆ³n para intentarlo. Es un loco aullido mecĆ”nico que resuena a travĆ©s de la cabina, dominando el ruido de los neumĆ”ticos, las rĆ”fagas de viento y el sentido comĆŗn.

Las curvas cerradas no son el fuerte del F12, pero cualquier giro con una seƱal de advertencia a mƔs de 35 km/h requerirƔ un coche especial para seguir con el Ferrari, un hecho que aumenta exponencialmente con el radio de giro. El gruƱido masivo del V12 puede sacudir las ruedas traseras en una esquina, pero el control de estabilidad lo domina rƔpidamente, al menos en el modo Sport.

El dinero habla y la feria F12 es un Ʃxito. Los rivales pueden tener una ventaja en velocidad, pero es difƭcil no notar el hecho de que este es un Ferrari intimidantemente rƔpido y fabulosamente indulgente.

que el tiene

Amortiguadores adaptativos, frenos carbocerƔmicos, launch control, asientos elƩctricos, cƔmara de marcha atrƔs, USB y Apple CarPlay, potente motor V12.

Lo que no es

Control de crucero adaptativo, frenado de emergencia autĆ³nomo, alerta de cambio de carril y cruce posterior, compensaciĆ³n de infracciĆ³n de trĆ”fico.

propiedad

Comprar un Ferrari no es barato y se cree que una vez que compras uno, tendrƔs que vender tu alma para mantenerlo funcionando. Esto ya no se aplica a los costos de servicio incluidos en el precio de los modelos vendidos localmente. Los propietarios todavƭa necesitan reponer combustible, pastillas de freno y neumƔticos.

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