Prueba de manejo

RevisiĆ³n del Ferrari 488 GTB 2017

Jack Pyefinch lleva el Ferrari 488 GTB en un peregrinaje desde Sydney a Mount Panorama con rendimiento, economĆ­a de combustible y veredicto.

Es imposible describir lo que es conducir un Ferrari feroz como el 488 GTB en una pista de carreras grande y aterradora, pero estĆ” cerca. Si estuviera hablando con usted en persona, harĆ­a ruidos de bramidos primitivos, agitarĆ­a mis manos rĆ”pidamente frente a usted y expresarĆ­a un asombro cĆ³mico y un miedo violento en mi rostro. Pero ese no es el caso, por lo que recurrimos a los nĆŗmeros: 493kW, tiempo de 100 mph en exactamente tres segundos, un V8 biturbo (difĆ­cil de tragar para los fanĆ”ticos de los superdeportivos de aspiraciĆ³n natural).

Pero un nĆŗmero los supera a todos: 8.3 segundos. Ese es el tiempo que tarda un ruidoso 488 en acelerar desde parado hasta los 200 km/h, una cifra que es aĆŗn mĆ”s asombrosa ya que es mĆ”s de dos segundos mĆ”s rĆ”pido que el ya asombroso 458 que reemplaza a este automĆ³vil.

De hecho, estamos en un territorio completamente diferente en todos los aspectos, desde el rendimiento hasta el precio y el prestigio, por lo que es lĆ³gico que la hayamos montado en las condiciones completamente inusuales de la pista de carreras Mt Panorama en Bathurst.

Precio y CaracterĆ­sticas

Lo curioso de las personas realmente muy ricas es que probablemente no se convirtieron en derrochadores de dinero. Y, sin embargo, parecen extraƱamente dispuestos a que los fabricantes de automĆ³viles de alta gama los confundan con tontos que los ayudan a sentirse, verse y vivir a su manera.

Por supuesto, probablemente exista el argumento de que un automĆ³vil tan avanzado y sorprendente como el 488 GTB cuesta $ 460,988, y sĆ­, la mayor parte de esa cantidad va al gobierno en forma de impuestos.

"Practicidad" probablemente no era el tƩrmino clave en la mente de los locos que diseƱaron esta mƔquina.

Pero ciertamente no hay manera de justificar que la compaƱƭa cobre $21,730 por "pintura vintage" (es decir, gris mate, en nuestro caso), $2700 por pintura dorada adicional en las pinzas y otros $19,000 por el embadurnamiento de dos tonos en el techo. sin mencionar $ 10,500K por las ruedas, $ 15,000K por el asiento del conductor de carbono y $ 1250K por las "costuras gruesas especiales" en ese asiento.

Y la lista sigue y sigue, elevando el precio total a $625,278. Para lo cual nuestro automĆ³vil ni siquiera recibiĆ³ una cĆ”mara retrovisora ā€‹ā€‹ā€‹ā€‹extra ($ 4990).

En tĆ©rminos de caracterĆ­sticas, la pantalla para pasajeros que tenĆ­a nuestro auto de prueba, que le permite a su pasajero controlar su velocidad, la posiciĆ³n de la marcha, etc. en su propia pantalla, fue genial, pero tambiĆ©n es una opciĆ³n de $7350. El auto ofrece Apple CarPlay (otros $6,790 a pesar de ser estĆ”ndar en algunos Hyundai baratos en estos dĆ­as), pero tiene una ingeniosa pantalla no tĆ”ctil.

Por otro lado, Ferrari ofrece un botĆ³n Pit Speed ā€‹ā€‹ā€‹ā€‹para establecer la velocidad mĆ”xima para sus paradas en boxes (o control de crucero como lo llaman los no Tifosi), un sistema F1 Trac, un maletero, frenos de cerĆ”mica de carbono y Magnaride. Choque. Amortiguadores, todos de serie.

sentido prƔctico

ĀæVamos a seguir recto? ĀæNo? Entonces, hay dos asientos, puedes poner tu chaqueta detrĆ”s de ellos, y al frente hay un baĆŗl que puede acomodar fĆ”cilmente suficiente equipaje para el fin de semana. DetrĆ”s de ti hay un glorioso motor con marco de vidrio (rodeado por un compartimento de motor de fibra de carbono que te costarĆ” $13,425 adicionales) y acaricia tus oĆ­dos.

En tĆ©rminos de lograr su funciĆ³n prevista, ser increĆ­ble, deberĆ­a obtener un 10 sobre 10.

Perder su licencia, aunque aparentemente inevitable, tampoco es particularmente prƔctico. Pero en aquel entonces, "practicidad" probablemente no era el tƩrmino clave en la mente de los locos que idearon esta mƔquina. No habƭa posavasos, aunque hay dos pequeƱos.

En tĆ©rminos de lograr su funciĆ³n prevista, ser increĆ­ble, deberĆ­a obtener un 10 sobre 10.

diseƱo

Pocos argumentarĆ­an que el 488 es una pieza de diseƱo llamativa y de aspecto extremo, pero incluso los fanĆ”ticos mĆ”s fervientes no pueden argumentar que es el Ferrari mĆ”s hermoso de todos los tiempos. De hecho, no es tan atractivo como el automĆ³vil al que reemplaza, un 458 realmente impresionante, casi perfecto.

El GTB tiene la belleza que necesita, como esas enormes tomas de aire detrĆ”s de las puertas para proporcionar aire para toda esa calefacciĆ³n turbo.

Verlos estacionados juntos es presenciar una discusiĆ³n en la que ganaron los ingenieros y los aerodinĆ”micos, no los diseƱadores.

El GTB tiene la belleza que necesita, esas enormes tomas de aire detrĆ”s de las puertas para suministrar aire para toda esa calefacciĆ³n turbo, por ejemplo, pero como resultado se ha sacrificado el refinamiento y la limpieza del 458.

Sin embargo, en tĆ©rminos de interior, el nuevo automĆ³vil es un paso adelante, mostrando mĆ”s calidad y tecnologĆ­a.

Motor y transmisiĆ³n

"No hay sustituto para el desplazamiento" se convierte en un viejo argumento canoso frente a los turbos tectĆ³nicos que vemos en autos como el 488. SĆ­, tiene un V8, pero solo un 3.9 litros, que parece demasiado pequeƱo para hacer 493kW y 760 Nuevo MĆ©jico.

Aunque es 600 cc mĆ”s pequeƱo que el V8 de aspiraciĆ³n natural del 458, genera 100 caballos de fuerza (o 74 kW) mĆ”s de potencia y 200 Nm mĆ”s de torque. Cualquiera que haya conducido un 458 y se haya quedado asombrado con la experiencia le dirĆ” que estos nĆŗmeros dan un poco de miedo.

El resultado es un motor que te ofrece el tipo de potencia que corrompe por completo. Acelerar a fondo puede poner el ombligo en contacto ƭntimo con la columna vertebral, incluso si es un bastardo viejo y gordo, mientras que incluso las aplicaciones mƔs suaves del acelerador lo llevan a 150 km/h mƔs rƔpido de lo que puede decir: "Oh, Dios mƭo". Dios, eso era cƔmara de velocidad?

Este coche no es rƔpido, es mucho mƔs grande.

La carretera no es el lugar para probar sus lƭmites, pero en nuestra primera experiencia con la recta de la montaƱa, a menos de 30 segundos de la primera vuelta, nos encontramos siendo lanzados hacia atrƔs con una ligera y ridƭcula sacudida a mƔs de 220 km/ H.

Este coche no es rƔpido, es mucho mƔs grande.

La transmisiĆ³n de doble embrague, tomada de la FĆ³rmula Uno, es suave y fĆ”cil de usar en el modo automĆ”tico, casi instantĆ”nea en el modo deportivo, aunque en la pista es difĆ­cil mantenerse al dĆ­a con la rapidez con la que tiene que cambiar entre siete velocidades, y se transforma en un brutal dispositivo de masaje de espalda una vez que cambias a la configuraciĆ³n de carrera ultrarrĆ”pida.

Cambiar a toda velocidad en la pista es mucho mƔs rƔpido de lo que tus ojos humanos pueden parpadear porque estƔs demasiado abierto por el miedo y la sorpresa para parpadear.

El Ćŗnico inconveniente de este nuevo y maravilloso motor turboalimentado es que no suena como un Ferrari, o al menos no donde importa.

Conducir un 488 da mucho miedo, como si te pidieran que le dieras un puƱetazo en la cara a Anthony Mundine.

Abajo, el gruƱido enojado, Ć”spero y aullador todavĆ­a es audible, pero arriba, donde el 458 y todos los motores Ferrari anteriores rugieron con furia operĆ­stica, el nuevo motor emite un silbido y un sonido comparativamente estridente. No es tranquilo, por supuesto, y no es terrible, pero no es lo mismo. El carĆ”cter tan Ćŗnico de esta marca ha sido algo sacrificado.

Pero obtienes mƔs velocidad para compensarlo.

Consumo de combustible

De todas las cifras improbables asociadas con el Ferrari 488 GTB, la economĆ­a de combustible declarada de 11.4 litros cada 100 km es la mĆ”s difĆ­cil de creer. Es posible que pueda lograr esto con un dinamĆ³metro, aunque no apostarĆ­a por Ć©l, pero en el mundo real chupa combustible como un Hummer con un elefante en el techo. El problema es que es muy difĆ­cil resistirse a jugar con ese acelerador, y cuando lo haces, convierte frenĆ©ticamente el combustible en velocidad. Probablemente sea mĆ”s probable algo cercano a los 20 litros cada 100 km (nuestra prueba de manejo en Bathurst no es un buen ejemplo), sin importar cuĆ”n eficientes sean los turbos.

Conduciendo

Conducir un 488 da mucho miedo, como si te pidieran que le dieras un puƱetazo en la cara a Anthony Mundine. Tienes muchas ganas de hacerlo, pero existe la clara sensaciĆ³n de que te meterĆ” en problemas, especialmente en la vĆ­a pĆŗblica.

Con la excepciĆ³n de las generosas autopistas alemanas, realmente no hay una sola vĆ­a pĆŗblica en el mundo donde un automĆ³vil asĆ­ se sienta como en casa. Bueno, tal vez uno, una vĆ­a pĆŗblica alrededor de cierta colina en Bathurst que muy rara vez se convierte en una pista de carreras dedicada. En este caso, fue una carrera de 12 horas que ganĆ³ Ferrari con la ayuda de Craig Lowndes y Jamie Wincap, y nos permitieron ingresar al circuito cerrado durante media hora.

En la pista, sin embargo, estirar las piernas de Usain Bolt es puro placer.

Conducir hasta allĆ­ desde Sydney fue bĆ”sicamente una mezcla de frustraciĆ³n y miedo por tus derechos mientras nos arrastrĆ”bamos por la hermosa carretera Bells Line que estaba arruinada por el absurdo lĆ­mite de 60 km/h.

Un colmillo rƔpido por la calle lateral cerca de Lithgow muestra lo rƔpido que tienes que moverte para sentir que realmente estƔs empujando este auto en una esquina.

El chasis es absurdamente rĆ­gido, la direcciĆ³n es hermosa, ponderada y precisa (mejor que el sistema demasiado sensible del 458) y, en general, las capacidades del auto son casi mĆ”gicas. Pero es demasiado rĆ”pido.

En la pista, sin embargo, estirar las piernas de Usain Bolt es puro placer. Este coche trata los 200 km/h como un Porsche 911 trata los 80 km/h, con desdƩn y casi desprecio. La forma en que acelera y pasa por este punto inspira incredulidad y risas.

Bajando por la legendaria y larga recta de bielas, la versiĆ³n de calle del 488 aparentemente es incluso mĆ”s rĆ”pida que el auto de carreras GT3 que deberĆ­a haber ganado el domingo (toma eso, Lounds), pero el que tiene los nĆŗmeros en el costado, los fondos resbaladizos y un guardabarros trasero gigante tiene una carga aerodinĆ”mica significativamente mayor.

Esto significa que puede ir tan rĆ”pido como quiera, siempre y cuando no le importe la sensaciĆ³n distintiva de que estĆ” a punto de despegar en el aire en una subida recta cuando alcanza los 270 km/h. Este es uno de esos momentos en los que te das cuenta de lo que separa a las personas de los ciclistas; miedo.

Si bien la recta fue intimidante, la subida cuesta arriba a travƩs de The Cutting, sobre el Skyline y el empinado descenso por The Esses fue realmente desgarradora.

Afortunadamente, el tercio inferior de la pista es tan divertido como puede ser conducirlo, especialmente en este auto. La forma en que los enormes frenos de carbono y cerĆ”mica del 488 lo empujan hacia adelante en la persecuciĆ³n (se suavizaron un poco en el pedal despuĆ©s de unos 25 minutos, pero es posible que los haya usado demasiado) comprime las costillas, pero asĆ­ es como ataca. gire, y luego especialmente a la derecha a la salida del pozo Hell Corner, lo que realmente hace que se enamore de este automĆ³vil.

Realmente mata a la competencia.

La forma en que estĆ” equilibrado, la retroalimentaciĆ³n a travĆ©s de la direcciĆ³n y el asiento, el rugido del motor y cĆ³mo puedes reducir la potencia en las curvas, todo contribuye a un mayor nivel de conducciĆ³n.

En tƩrminos de pura velocidad y la forma en que sientes que estƔs superando tus propios lƭmites, el 488 es simplemente el mejor auto que he conducido. Perƭodo.

SĆ­, es un poco difĆ­cil en el camino, es difĆ­cil ver fuera de Ć©l, no es tan bonito ni tan ruidoso como podrĆ­a ser, pero realmente mata a su competencia.

seguridad

Puede olvidarse de la tecnologĆ­a pesada y fea que usan las antiestĆ©ticas cĆ”maras o radares porque no pertenecen a un automĆ³vil tan limpio. AsĆ­ que no hay AEB porque el frenado es tu responsabilidad y realmente debes tener cuidado en un auto como este. Estos enormes frenos cerĆ”micos son su seguro. Obtiene bolsas de aire delanteras para el conductor y el pasajero y bolsas de aire laterales en las puertas para un total de cuatro. La falta de una cĆ”mara de visiĆ³n trasera como estĆ”ndar parece un poco absurda, porque este no es un automĆ³vil del que sea fĆ”cil ver.

propiedad

ĀæSeguramente nada le pasarĆ” a algo tan complejo, construido por un grupo de italianos? Por lo tanto, apenas necesita una garantĆ­a, pero aĆŗn asĆ­ la obtiene gracias a lo que Ferrari llama Servicio Genuino, que incluye mantenimiento y reparaciones programados, asĆ­ como repuestos, aceite de motor y fluidos originales, no solo para el comprador original, sino tambiĆ©n para todos los posteriores. dueƱos durante los primeros siete aƱos de vida de su vehĆ­culo. Impresionante. Pero luego lo pagaste.

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