¿El coche nos protegerá del smog? Comprobando el ejemplo de Toyota C-HR
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¿El coche nos protegerá del smog? Comprobando el ejemplo de Toyota C-HR

No se puede negar que el aire acondicionado en muchas regiones de Polonia es terrible. En invierno, las concentraciones de polvo en suspensión pueden superar la norma en varios cientos por ciento. ¿Cómo se las arreglan los coches con un filtro de habitáculo convencional para filtrar los contaminantes? Probamos esto con el Toyota C-HR.

Cada vez más fabricantes están introduciendo sistemas avanzados de limpieza interior de automóviles. Desde filtros de carbón hasta ionización de aire o aspersión de nanopartículas. ¿Cómo tiene sentido? ¿No nos protegen los coches con filtro de habitáculo normal de la contaminación?

Probamos esto en condiciones bastante extremas, en Cracovia, donde el smog está pasando factura a los residentes. Para ello, nos equipamos con un medidor de concentración de polvo PM2,5.

¿Por qué PM2,5? Porque estas partículas son muy peligrosas para los humanos. Cuanto más pequeño es el diámetro del polvo (y PM2,5 significa no más de 2,5 micrómetros), más difícil es filtrar, lo que significa un mayor riesgo de enfermedades respiratorias o cardiovasculares.

La mayoría de las estaciones de medición miden el polvo PM10, pero nuestro sistema respiratorio aún lo hace bastante bien, aunque, por supuesto, la exposición prolongada al polvo también nos perjudica.

Como ya mencionamos, el PM2,5 es mucho más peligroso para nuestra salud, ya que pasa fácilmente al sistema respiratorio y, debido a su pequeña estructura, penetra rápidamente en el torrente sanguíneo. Este "asesino silencioso" es responsable de enfermedades de los sistemas respiratorio y circulatorio. Se estima que las personas expuestas viven en promedio 8 meses menos (en la UE); en Polonia nos lleva otros 1-2 meses de vida.

Así que es importante que lo tratemos lo menos posible. Entonces, ¿puede el Toyota C-HR, un automóvil con un filtro de aire de cabina clásico, aislarnos de PM2,5?

Pomiar

Realicemos la medición de la siguiente manera. Aparcaremos el C-HR en pleno centro de Cracovia. Colocaremos un medidor de PM2,5 en un automóvil que se conecta a un teléfono inteligente a través de Bluetooth. Abramos todas las ventanas durante una docena o dos minutos para ver cómo localmente, en un punto dentro de la máquina, se presenta el nivel de polvo antes de la filtración.

Luego encendemos el aire acondicionado en un circuito cerrado, cerramos las ventanas, establecemos el flujo de aire máximo y salimos del automóvil. El sistema respiratorio humano actúa como un filtro adicional, y queremos medir las capacidades de filtrado del C-HR, no del editorial.

Verificaremos las lecturas de PM2,5 en unos minutos. Si el resultado sigue sin ser satisfactorio, esperaremos unos minutos más para ver si podemos filtrar la mayor parte de los contaminantes.

¡Bueno, lo sabemos!

Aire acondicionado  muy enojado

La primera lectura confirma nuestros temores: el estado del aire es realmente malo. Una concentración de 194 µm/m3 se clasifica como muy mala y la exposición a largo plazo a dicha contaminación del aire sin duda afectará nuestra salud. Entonces, sabemos en qué nivel empezamos. Es hora de ver si se puede prevenir.

En solo siete minutos, los niveles de PM2,5 se redujeron en aproximadamente un 67 %. El contador también mide partículas PM10: aquí el automóvil funciona de manera mucho más eficiente. Notamos una disminución de 147 a 49 micras/m3. Animados por los resultados, esperamos otros cuatro minutos.

El resultado de la prueba es optimista: de los 194 micrones/m3 originales, solo quedaron en la cabina 32 micrones/m3 de PM2,5 y 25 micrones/m3 de PM10. ¡Estamos a salvo!

¡Recordemos los intercambios regulares!

Aunque la capacidad de filtración del C-HR se ha encontrado satisfactoria, debe recordarse que esta condición no durará mucho. Con el uso diario del coche, especialmente en las ciudades, el filtro puede perder rápidamente sus propiedades originales. A menudo nos olvidamos de este elemento por completo, porque no afecta el funcionamiento del automóvil, pero, como puede ver, puede protegernos del polvo dañino en el aire.

Se recomienda cambiar el filtro de cabina incluso cada seis meses. Quizás el próximo invierno nos anime a echar un vistazo más de cerca a este filtro, que ahora es tan importante. Afortunadamente, el costo de reemplazo no es alto y podemos manejar la mayoría de los autos sin la ayuda de mecánicos. 

Queda una pregunta más por resolver. ¿Es mejor conducir solo en un automóvil a prueba de smog pero que, cuando se atasca en un atasco, contribuye a su formación, o elegir el transporte público y una máscara de smog, con la esperanza de actuar por el bien de la sociedad?

Creo que tenemos una solución que nos satisfará tanto a nosotros como a quienes nos rodean. Basta con conducir un coche híbrido o, más aún, eléctrico. Si todo fuera tan simple...

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