Rollitos que valen su peso en oro...
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Rollitos que valen su peso en oro...

Las transmisiones por correa que se utilizan en los vehículos modernos deben resistir las tensiones cada vez mayores que resultan del funcionamiento en unidades de transmisión cada vez más sometidas a esfuerzos. No en vano, los fabricantes de sus componentes intentan adaptarlos a las condiciones de uso, tanto en términos de rendimiento como de durabilidad. Uno de los componentes que determinan el correcto funcionamiento de la transmisión por correa son los rodillos locos y locos.

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¿Dónde está montado?

Como ya se mencionó, en las transmisiones por correa se utilizan dos tipos de rodillos: tensores y guías. Se instalan tanto en sistemas de distribución de gas como en sistemas de accionamiento de unidades de motor. La tarea más importante de las poleas locas e intermedias es la dirección óptima de la correa (fases o funcionamiento de la correa) en todos los modos de transmisión y su ubicación óptima en las poleas adyacentes. Los rodillos locos y los rodillos locos de alta calidad también deben minimizar el ruido del sistema de transmisión y, por otro lado, cumplir con los más altos requisitos de durabilidad y confiabilidad. Así, el correcto funcionamiento de la guía y los rodillos guía depende de su diseño y del material del que están hechos.

Botonadura simple o doble botonadura

Los rodamientos de bolas de una hilera se utilizan en poleas locas y poleas locas de fabricantes conocidos. Estos últimos se llenan en fábrica con grasa de alta calidad adaptada para trabajar a altas temperaturas. En las condiciones más difíciles, se instalan rodamientos de bolas de dos hileras dentro de los rodillos. Sus carcasas usan sellos especiales para evitar que la grasa se escape de los rodillos durante la operación. Según la aplicación, los rodillos pueden tener una superficie de poliamida reforzada con fibra de vidrio o una superficie de acero con un revestimiento anticorrosión. Según los expertos, en términos de durabilidad, ambos tipos de rodillos cumplen a la perfección su función, siendo un elemento permanente de las transmisiones por correa. Sin embargo, en tales sistemas se utilizan cada vez más rodillos de poliamida con fibra de vidrio. ¿Por qué? La respuesta es sencilla: son más ligeras que las tradicionales de acero, lo que reduce el peso de todo el sistema.

Con el voltaje correcto

Estas tres palabras son la esencia del buen funcionamiento de las transmisiones por correa. Su funcionamiento sin problemas depende de la tensión correcta de la correa. Una tensión deficiente generalmente hará que la correa se deslice sobre las ruedas dentadas, lo que provocará una falla grave del motor debido a que las válvulas colisionarán con los pistones. También debe recordarse que el cinturón tiende a estirarse con el uso diario. Su longitud instantánea también se ve afectada por las diferencias de temperatura. Teniendo en cuenta todas estas condiciones, los fabricantes de tensores y tensores de última generación ofrecen la posibilidad de ajustarlos en función de la longitud cambiante de la correa. Sin embargo, esto no significa que ya no necesite revisar los rodillos cuando verifique el estado de la correa. La polea tensora debe comprobarse en paralelo con la tensión de la correa y ajustarse si es necesario. Afortunadamente, los tensores de correa automáticos resuelven el problema de la tensión adecuada de la correa. El juego de resortes que se utiliza en ellos asegura la correcta tensión durante toda la vida útil. La corrección automática de la tensión de la correa se adapta tanto a las cargas actuales de todo el sistema como a los cambios de temperatura. Los tensores automáticos tienen otra ventaja indiscutible: gracias a su uso, se suprimen las vibraciones nocivas que acompañan al funcionamiento de la transmisión por correa. Como resultado, se aumenta la durabilidad de todo el sistema y se reduce el ruido.

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