Cinturón de seguridad
Diccionario automotriz

Cinturón de seguridad

Una correa o juego de correas, fácilmente extraíbles a pedido, diseñada para atar a la persona al asiento para protegerla en caso de accidente, o en cualquier caso asegurarla al asiento en previsión de una desaceleración severa. Alcanza la máxima utilidad cuando se combina con un airbag.

A lo largo de los años, los cinturones han sufrido diversas mejoras: al principio, ni siquiera estaban equipados con carrete, por lo que su uso era inconveniente, muchas veces ineficaz, pero sobre todo, no permitía moverse al usuario. Luego, finalmente, llegaron las bobinas, y para mejorarlas aún más, todas las casas utilizan sistemas que pueden apretar más el cinturón durante un posible accidente (pretensores).

Una herramienta preciosa para la seguridad vial, y hoy en día no todo el mundo los usa. Para abordar este problema, muchos hogares utilizan timbres audibles que obligan incluso a los infractores más repetitivos a usar un cinturón. Esta solución es muy popular en Euro NCAP, que otorga puntos de bonificación en sus famosas pruebas de choque a los automóviles equipados con ellas.

Los cinturones de seguridad son un invento de más de un siglo: fueron patentados por primera vez por el francés Gustave Desiree Liebau (quien los llamó "cinturones de seguridad") en 1903. Sin embargo, las velocidades no muy elevadas de los coches de aquella época y el riesgo de asfixia que presentaban (en aquella época se utilizaban materiales bastante toscos) hacían que el aparato difundiera de forma insuficiente.

En 1957, siguiendo la experiencia del automovilismo, en el que también desempeñaron un papel en el apoyo de la carrocería para la aceleración lateral, se introdujeron, sin embargo, en algunos automóviles, incluso si se usaron más como una prueba que como una creencia real en la utilidad de un objeto. Sin embargo, los resultados de los experimentos fueron muy positivos y en 1960 se lanzó al mercado la primera serie de cinturones de seguridad. En particular, se argumentó que los cinturones de seguridad, si se ajustan correctamente, reducirían drásticamente el riesgo de golpear el pecho contra el volante en caso de un frenado repentino.

En 1973, Francia anunció que los cinturones de seguridad eran obligatorios por ley. Posteriormente, todos los países occidentales, incluida Italia, siguieron la legislación transalpina (en los Estados Unidos de América, el primer estado en declararlos obligatorios fue Massachusetts en 1975).

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