Ofensiva alemana en las Ardenas: la Ășltima esperanza de Hitler
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- La ofensiva alemana en las Ardenas del 16 al 26 de diciembre de 1944 estaba condenada al fracaso. Sin embargo, les dio muchos problemas a los Aliados y los obligĂł a realizar grandes esfuerzos militares: el avance fue eliminado antes del 28 de enero de 1945. El lĂder y canciller del Reich, Adolf Hitler, divorciado de la realidad, creĂa que como resultado serĂa posible ir a Amberes y aislar al 21Âș Grupo de EjĂ©rcito britĂĄnico, obligando a los britĂĄnicos a evacuar el continente hacia el âsegundo Dunkerqueâ. â. Sin embargo, el mando alemĂĄn era muy consciente de que se trataba de una tarea imposible.
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La ofensiva alemana en las Ardenas del 16 al 26 de diciembre de 1944 estaba condenada al fracaso. Sin embargo, les dio muchos problemas a los Aliados y los obligĂł a realizar grandes esfuerzos militares: el avance fue eliminado antes del 28 de enero de 1945. El lĂder y canciller del Reich, Adolf Hitler, divorciado de la realidad, creĂa que como resultado serĂa posible ir a Amberes y aislar al 21Âș Grupo de EjĂ©rcito britĂĄnico, obligando a los britĂĄnicos a evacuar el continente hacia el âsegundo Dunkerqueâ. â. Sin embargo, el mando alemĂĄn era muy consciente de que se trataba de una tarea imposible.
DespuĂ©s de los dramĂĄticos combates en NormandĂa en junio y julio de 1944, las fuerzas aliadas entraron en el espacio operativo y avanzaron rĂĄpidamente. El 15 de septiembre, casi toda Francia estaba en manos de los aliados, a excepciĂłn de Alsacia y Lorena. Desde el norte, la lĂnea del frente atravesaba BĂ©lgica desde Ostende, pasando por Amberes y Maastricht hasta Aachen, luego mĂĄs o menos a lo largo de las fronteras belga-alemana y luxemburguesa-alemana, y luego hacia el sur a lo largo del rĂo Mosela hasta la frontera con Suiza. Es seguro decir que a mediados de septiembre, los aliados occidentales llamaron a las puertas de los territorios ancestrales del Tercer Reich. Pero lo peor de todo es que crearon una amenaza directa para los ruru. La posiciĂłn de Alemania era desesperada.
Idea
Adolf Hitler creĂa que todavĂa era posible derrotar a los oponentes. Ciertamente no en el sentido de ponerlos de rodillas; Sin embargo, en opiniĂłn de Hitler, se les podrĂa haber infligido tales pĂ©rdidas para convencer a los Aliados de que acordaran tĂ©rminos de paz que fueran aceptables para Alemania. CreĂa que los oponentes mĂĄs dĂ©biles deberĂan ser eliminados por esto, y consideraba que los britĂĄnicos y los estadounidenses lo eran. La paz separatista en el oeste tuvo que liberar fuerzas y medios significativos para fortalecer las defensas en el este. CreĂa que si podĂa desatar una guerra de trincheras de aniquilamiento en el este, el espĂritu alemĂĄn prevalecerĂa sobre los comunistas.
Para lograr una paz separatista en Occidente, habĂa que hacer dos cosas. El primero de ellos son medios de represalia no convencionales: bombas voladoras V-1 y misiles balĂsticos V-2, con los que los alemanes tenĂan la intenciĂłn de infligir pĂ©rdidas significativas a los aliados en las grandes ciudades, principalmente en Londres, y luego en Amberes y ParĂs. El segundo intento fue mucho mĂĄs tradicional, aunque igual de arriesgado. Para presentar su idea, Hitler convocĂł el sĂĄbado 16 de septiembre de 1944 a una reuniĂłn especial con sus colaboradores mĂĄs cercanos. Entre los presentes estaba el mariscal de campo Wilhelm Keitel, quien era el jefe del Alto Mando de las Fuerzas Armadas Alemanas - OKW (Oberkommando Wehrmacht). TeĂłricamente, el OKW tenĂa tres comandos: las Fuerzas Terrestres - OKH (Oberkommando der Heeres), la Fuerza AĂ©rea - OKL (Oberkommando der Luftwaffe) y la Armada - OKM (Oberkommando der Kriegsmarine). Sin embargo, en la prĂĄctica, los poderosos lĂderes de estas instituciones sĂłlo recibĂan Ăłrdenes de Hitler, por lo que el poder del Alto Mando Supremo de las Fuerzas Armadas Alemanas sobre ellos estaba prĂĄcticamente ausente. Por lo tanto, desde 1943, se ha desarrollado una situaciĂłn anormal en la que se confiĂł al OKW el liderazgo de todas las operaciones contra los Aliados en los teatros del Oeste (Francia) y del Sur (Italia), y cada uno de estos teatros tenĂa su propio comandante. Por otro lado, el Cuartel General del Alto Mando Supremo de las Fuerzas Terrestres asumiĂł la responsabilidad del Frente Oriental.
A la reuniĂłn asistiĂł el Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Terrestres, entonces Coronel General Heinz Guderian. El tercer general activo de alto rango fue el jefe de personal del Alto Mando Supremo de las Fuerzas Armadas Alemanas - WFA (Wehrmachts-FĂŒhrungsamt), Coronel General Alfred Jodl. La WFA formĂł la columna vertebral del OKW, incluidas principalmente sus unidades operativas.
Hitler anunciĂł inesperadamente su decisiĂłn: en dos meses se lanzarĂa una ofensiva en el oeste, cuyo objetivo serĂa recuperar Amberes y separar las tropas anglo-canadienses de las estadounidenses-francesas. El 21Âș Grupo de EjĂ©rcito BritĂĄnico serĂĄ rodeado y anclado en BĂ©lgica a las costas del Mar del Norte. El sueño de Hitler era evacuarla a Gran Bretaña.
PrĂĄcticamente no habĂa posibilidad de Ă©xito de tal ofensiva. Los britĂĄnicos y estadounidenses en el frente occidental tenĂan 96 divisiones en su mayorĂa completas, mientras que los alemanes solo tenĂan 55, e incluso algunas incompletas. La producciĂłn de combustible lĂquido en Alemania se redujo drĂĄsticamente por los bombardeos estratĂ©gicos aliados, al igual que la producciĂłn de municiones. Del 1 de septiembre de 1939 al 1 de septiembre de 1944, las pĂ©rdidas humanas irreparables (muertos, desaparecidos, mutilados hasta el punto de tener que ser desmovilizados) ascendieron a 3 soldados y suboficiales y 266 oficiales.